Esguinces: Lesiones ligamentosas

En el pie y el tobillo las lesiones más frecuentes son aquellas que afectan a los ligamentos, los esguinces. Los ligamentos son bandas fuertes de tejido que conectan un hueso con otro y ayudan a mantener sujetas las articulaciones. Hablamos de esguince cuando la relación de congruencia articular no se ha perdido y dentro de estas lesiones, las más conocidas por su alta incidencia son los esguinces de tobillo.

Los esguinces de tobillo se producen tras una entorsis o torcedura y producen una lesión de los ligamentos externos, internos o tibioperoneos. Se produce dolor, inflamación, hematoma (que puede tardar hasta 24h en aparecer) y limitación para la movilidad y la carga sobre el pie afectado. Inicialmente el tratamiento debe ser hielo, inmovilización, elevación y frío local (Rice). Pasada la fase aguda se recomienda la evaluación por un especialista para valorar el alcance de la lesión y el tratamiento a seguir. Se pueden realizar pruebas de imagen complementarias como la radiografía simple (para descartar fracturas) o la resonancia magnética (para descartar roturas de los ligamentos asociadas a lesiones Osteocondrales).

En nuestra práctica diaria todos aquellos pacientes en donde no haya una fractura, se opta por iniciar un tratamiento rehabilitador con fisioterapia intensiva, orientado a la mejora de la estabilidad y la propiocepción. El 90% de los pacientes no requieren cirugía y a los 6 meses son dados de alta con las recomendaciones necesarias para volver a la práctica deportiva.

Pero no sólo existen lesiones de ligamentos en el tobillo, también a nivel del pie se pueden producir lesiones ligamentosas graves como las de Lissfranc. Son lesiones que afectan al mediopie y que, en líneas generales, son de tratamiento quirúrgico inmediato